¿Realmente el mundo necesita otra organización de «tecnología para el desarrollo»?

Todos hemos leído artículos sobre organizaciones que llevan tecnología a comunidades rurales remotas. Ya sean computadores portátiles o drones, escáneres de luz o de huellas dactilares, todos estos grupos parecen estar alineados en su misión de implementar tecnología «para el progreso» dirigida a poblaciones marginadas.

Por ello, cuando fundamos TecSalud teníamos que formularnos la pregunta: ¿Realmente el mundo necesita otra organización de «tecnología para el desarrollo»?

Para los sectores de la salud y el desarrollo de América Latina y el Caribe, creemos que la respuesta es sí.

La región está llena de actividad que busca llevar tecnología de calidad para la salud a comunidades desatendidas, con frecuencia conocida como tecnología para salud en la última milla. El gasto en salud pública está creciendo en proporciones considerablemente más altas que en el resto del mundo. Los países de la región comparten desafíos y aspectos comunes, desde el lenguaje hasta el empleo y la migración.

Pero la región de América Latina y el Caribe también se encuentra dividida en el uso de la tecnología para salud en la última milla. Sus 33 países están más distanciados en el espectro de desarrollo que cualquier otra región del mundo. Por ejemplo, Argentina y Chile están realizando pruebas de inteligencia aumentada en hospitales; en contraste, Haití y Honduras trabajan para establecer redes celulares básicas. Estas diferencias son, en parte, responsabilidad de la colaboración limitada que existe entre los países, así como de la persistencia de los silos nacionales en lo relacionado con la tecnología en salud.

También existen diferencias con respecto a otras regiones. El nivel de investigación en revistas en inglés acerca de tecnología para salud en la última milla en América Latina y el Caribe es considerablemente inferior si se le compara con otros contextos en vía de desarrollo. En una importante conferencia mundial sobre tecnología para la salud celebrada el año pasado en Washington, un tercio de los 271 oradores provenía de África y Asia. Solo un orador representó a América Latina durante un desayuno de networking.

El lenguaje es un factor que contribuye de manera considerable en el desequilibrio en la asistencia a este intercambio de conocimientos interregional. El inglés, el idioma más hablado en los círculos de tecnología de la salud, hace que la colaboración entre países como Botswana e India resulte más fácil que entre Jamaica y Bolivia.

Los indicadores de desarrollo general de América Latina y el Caribe también son más altos, lo cual hace que la región resulte menos atractiva a donantes de ayuda extranjera. Para 2019 el gobierno de los Estados Unidos de América proyecta asignar 30 veces más fondos de salud de ayuda extranjera a África que a América Latina y el Caribe, a pesar de que la población de África es apenas el doble.

Esta decisión tiene sentido desde una perspectiva de necesidad, sin embargo, la ayuda externa también es un impulsor primordial para la tecnología de salud en la última milla pues es lo que financia a países como Malawi en el sostenimiento de 5 o más proyectos digitales de salud en cada uno de sus 28 distritos, poniendo a Malawi por delante de muchas comunidades de América Latina y el Caribe en el espectro de salud digital, pues la región, en el mejor de los casos recibe un apoyo limitado y esporádico para el financiamiento de iniciativas similares.

Es evidente que en América Latina y el Caribe existe el empuje y el dinamismo necesarios para llevar la tecnología para la salud a zonas marginadas. Pero cuando se trata de intercambio de conocimientos, investigación, cuestiones lingüísticas y financiamiento, notamos diferencias significativas entre los países de América Latina y el Caribe y entre las regiones.

Fundamos TecSalud para llenar esos vacíos y conectar esos puntos. Estamos creando conexiones y compromisos dentro y fuera de América Latina y el Caribe con tecnología, servicios y personas.

Compromiso con América Latina y el Caribe

Aquí, en América Latina y el Caribe, estamos expandiendo una red de tecnólogos, organizaciones, financiadores, gobiernos y universidades comprometidos a brindar excelente tecnología de atención médica a las comunidades desatendidas.

A través de esta red estamos creando una comunidad de práctica a fin de compartir lo que nosotros y otros actores estamos aprendiendo, incluso cuando las cosas no salen como fueron planeadas. Compartiremos todo con traducción profesional en inglés, español y pronto en portugués (y no, no hablamos de Google Translate). Nos comprometemos a formar un equipo sólido, reflexivo y cercano, que tenga sede en esta región y trabaje en los idiomas de nuestros clientes.

Compromiso con las organizaciones clientes

 

Nuestros clientes son nuestra principal prioridad, tanto si trabajamos con organizaciones con base en Guatemala, ministerios de salud en Belice o bancos de desarrollo en Honduras.

Entendemos lo que las organizaciones, en términos reales, están en capacidad de pagar, adoptar y apoyar en lo relacionado con tecnología para la salud y el desarrollo. A fin de garantizar que tenemos en mente los intereses de nuestros clientes, nos hemos comprometido a no recibir dinero de los proveedores de tecnología como implementadores de sus productos. Nos entusiasma más retar a las compañías de tecnología que trabajan en desarrollo y en proyectos de salud para la última milla a fin de que hagan que sus herramientas resulten más accesibles y fáciles de entender, que los incentivos que puedan brindar con miras a aumentar ventas.

Compromiso con las mujeres en nuestras industrias

 

Siendo una organización de tecnología fundada por mujeres, creemos que tanto la tecnología como el sector de desarrollo pueden hacer mucho más para reconocer y apoyar a las mujeres.

Nos estamos esforzando para lograr cambiar esta realidad. Queremos compartir aprendizajes de manera franca y honesta sobre los desafíos que enfrentan las mujeres en nuestro sector. Dedicamos una parte de nuestro tiempo laboral al trabajo pro bono en pequeñas organizaciones lideradas por mujeres o comprometidas con el empoderamiento de las mismas.

Ahora que comenzamos nuestro segundo año, esperamos poder compartir nuestros aprendizajes sobre esta dinámica parte del mundo.

Christina & Gillian

Fundadoras, TecSalud

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